Retrospectiva de Douglas Sirk
Del melodrama al cine total
Douglas Sirk ya no es el desconocido en la historia del cine que siguió siendo a lo largo de su actividad. Durante mucho tiempo ha sido reconocido como el maestro del melodrama estadounidense; se ha analizado su punto de vista crítico sobre Estados Unidos, su sensibilidad feminista. En retrospectiva, descubrimos una productividad y diversidad asombrosa: 40 películas en veinticinco años, con una pausa de cuatro años en el medio debido al exilio.
Douglas Sirk todavía se llamaba Detlef Sierck cuando comenzó a dirigir en el teatro justo después de la Primera Guerra Mundial. Con apenas 25 años, este talentoso hombre asumió la dirección del teatro en Chemnitz, luego en Bremen y Leipzig, donde supervisa la programación y dirige él mismo, algunos años más de una obra por mes. Su obra escénica irrigará todo su arte. Trasladará lo mejor de su experiencia al cine y nunca olvidará que la puesta en escena es el corazón del espectáculo. Al igual que Cukor, Visconti, Bergman, Ophüls, es desde y con su formación teatral que Sirk será cineasta.
Se sumergió en el cine con furia de trabajo: 7 largometrajes en tres años para la UFA. La mejor, Schlussakkord (1936), es un melodrama, que ya pone su firma en el género. Finalmente, creó la estrella internacional que le faltaba a Alemania después de 1933: Zarah Leander. Pero, en este año 1937, Goebbels pone sus manos en la UFA, que en adelante estará al servicio del Estado nazi. Sierck es atacado por haberse casado con una mujer judía. En lugar de verse obligado a hacer concesiones, decide ir con ella. La pareja tiene un objetivo, América. Tras vagar durante dos años por Europa, una vez llegados a California, Douglas Sirk (su nuevo nombre) y su mujer regentaban una granja y vivían apartados del cine. En 1943, un grupo de exiliados lo llama para dirigir Hitler's Madman (1943) y retoma su actividad como cineasta. Durante 3 películas -Tormenta de verano (1944), Un escándalo en París (1946), Lured (1947)- conoció a su actor ideal, George Sanders. En un segundo movimiento, se interesa por la reversibilidad de las relaciones humanas, con Shockproof (1949) y la gran película desconocida que es La primera legión (1951).
Tras el fracaso de un intento de regreso a Alemania en 1949, experimentó un nuevo giro. En lugar de la independencia, Sirk busca la disciplina de un estudio para construir un espacio de libertad. Lo encuentra en la más pequeña de las grandes, Universal. Allí se convirtió en "una especie de director de casa", trabajando por encargo un poco como en Alemania, donde podía montar unas quince obras por temporada: 6 películas en año y medio (1951 a 1953), 21 en ocho años
De película en película, este inmigrante capta, como pocos, el espíritu y la autorrepresentación del país, incluso en sus defectos: fanatismo, misoginia, culto al dinero, desprecio de clase, racismo... Sus personajes más bellos son los inadaptados. : Rock Hudson en All That Heaven Allows (1956), los aviadores en The Tarnished Angels (1957), la mestiza Susan Kohner en Imitation of Life (1959). Si sumamos Escrito en el viento (1956) y Tiempo de amar y tiempo de morir (1958), tenemos el punto álgido de su carrera en Hollywood, al final del cual quiere regresar a Europa.
Bernard Eisenschitz, co-comisario de la retrospectiva
Las otras películas de la retrospectiva
Esta selección de largometrajes ofrece una panorámica de su producción alemana a cargo de Detlef Sierck, su nombre de nacimiento. Sin embargo, se centra en los años posteriores a su huida del régimen nazi a Estados Unidos. Durante este "período americano", Sirk trabajó para los estudios más grandes de Hollywood y desarrolló su estilo poniendo las emociones en el centro de sus preocupaciones. El gusto del cineasta por las grandes historias dramáticas y sentimentales llevará a la crítica a considerarlo el "maestro del melodrama".