Fascinado por la tipografía de los títulos y la disposición de los textos, Pascal Vonlanthen copia a su manera las páginas de periódicos, revistas o folletos publicitarios. Al no dominar la lectura, se apropia de los códigos de una lengua que no es capaz de descifrar. En unos diez años creó un corpus original de escritos asémicos, desprovistos de sintaxis, pero dotados de una gran potencia formal.
Si al principio las letras trazadas en sus composiciones tienen cierto parecido con las del modelo impreso, y a veces permiten reconocer el incipit de un artículo, muy rápidamente la lectura se topa con letras invertidas, números dispersos, una secuencia que desafía lógica, líneas que se extienden sin espacios entre palabras y sin puntuación, o la misma letra que se repite de forma cada vez más abstracta. A la rigidez de los caracteres tipográficos, Pascal Vonlanthen opone una caligrafía que se extiende en ondas o columnas en un movimiento ondulante. Su escritura se desarrolla con una especie de lógica de rebaño: la forma de cada letra influye en la siguiente, y cada línea coincide con el movimiento de la que la precede, en una dinámica que recuerda al vuelo de los estorninos. A veces, masas abstractas como nubes imponen su volumen; en otros lugares, letras e imágenes comparten la composición y la escritura también se vuelve figurativa, gracias a la presencia de animales o formas embrionarias. El autor alterna los formatos pequeños con un rotulador de punta fina negro o de color, y los grandes con un rotulador sobre papel o cartón de embalaje, hasta llegar a la desmesura con un rollo de ocho metros de largo.
En una época en la que los medios de comunicación invaden nuestra existencia con su flujo continuo de información, la elegancia puramente visual y silenciosa de los escritos de Pascal Vonlanthen ejerce una atracción irresistible que trasciende las fronteras lingüísticas.
Nacido en Rossens, un pueblo del cantón de Friburgo, Suiza, Pascal Vonlanthen (1957) creció en el campo. Desde 1998 asiste al taller CREAHM ubicado en el mismo cantón. Durante los primeros quince años de su actividad artística, el mundo de la granja fue su principal fuente de inspiración. En sus dibujos a lápiz gris o pastel se alinean gallinas, vacas y conejos, diversas herramientas y utensilios como los personajes de la escritura pictórica. Fue a partir de 2014 que sus obras se volvieron más gráficas.
Tras adquirir nueve obras de Pascal Vonlanthen, entre 2020 y 2021, la Collection de l'Art Brut presenta por primera vez un amplio conjunto de sus creaciones en el marco de esta exposición monográfica.
Comisaria: Teresa Maranzano, historiadora del arte.