Cindy Sherman es considerada una de las artistas estadounidenses más importantes de su generación. Durante más de cuarenta años, sus innovadoras fotografías han cuestionado temas de representación e identidad en los medios contemporáneos.
En este nuevo trabajo, el artista hace collages de partes de su propio rostro para construir las identidades de varios personajes, utilizando la manipulación digital para acentuar los aspectos estratificados y la plasticidad del yo.
Sherman ha eliminado cualquier telón de fondo o puesta en escena: el rostro es el foco de esta serie. Combina una técnica de collage digital que utiliza fotografías en blanco y negro y en color con otros modos tradicionales de transformación, como maquillaje, pelucas y disfraces, para crear una serie de personajes inquietantes que ríen, se retuercen, entrecierran los ojos y hacen muecas ante la cámara. Para crear estos personajes fracturados, Sherman fotografió partes aisladas de su cuerpo: sus ojos, su nariz, sus labios, su piel, su cabello, sus orejas, que cortó, pegó y estiró sobre una imagen base, para eventualmente construir, deconstruir y reconstruir una nueva cara.
La exposición va acompañada de un catálogo publicado por Hauser & Wirth Publishers.
Cindy Sherman es considerada una de las artistas estadounidenses más importantes de su generación. Durante más de cuarenta años, sus innovadoras fotografías han cuestionado temas de representación e identidad en los medios contemporáneos.
En este nuevo trabajo, el artista hace collages de partes de su propio rostro para construir las identidades de varios personajes, utilizando la manipulación digital para acentuar los aspectos estratificados y la plasticidad del yo.
Sherman ha eliminado cualquier telón de fondo o puesta en escena: el rostro es el foco de esta serie. Combina una técnica de collage digital que utiliza fotografías en blanco y negro y en color con otros modos tradicionales de transformación, como maquillaje, pelucas y disfraces, para crear una serie de personajes inquietantes que ríen, se retuercen, entrecierran los ojos y hacen muecas ante la cámara. Para crear estos personajes fracturados, Sherman fotografió partes aisladas de su cuerpo: sus ojos, su nariz, sus labios, su piel, su cabello, sus orejas, que cortó, pegó y estiró sobre una imagen base, para eventualmente construir, deconstruir y reconstruir una nueva cara.
La exposición va acompañada de un catálogo publicado por Hauser & Wirth Publishers.